Por Juan Tomás Valenzuela
Cuando habló de bienestar,
yo supongo que Danilo,
hablaba de lo tranquilo
que estaban los de su hogar.
Porque, ¿quien se va a quejar,
a menos que sea el contrario,
de ese lujo legendario
conque vivían los bochistas,
funcionarios, congresistas
y asesinos del erario?
¿Que el pueblo se había cansado
de toda esa chulería?
Tal ves él se refería
a los “dueños” del Estado.
Porque aquí, los no agraciados,
sí nos jartamos de él,
de Marchena, de Leonel,
del bandido de Pagán,
de Temo, de Jean Alain
y los otros del cartel.
Yo mismo estaba hasta el tope
de la vice Nalgarita,
de la de las mochilitas
y el cabezón de los Muppets,
que llevaban al galope
a esta insufrible nación.
Taba jarto de Rondón,
de Alvarito, de Cavada,
de la vieja deslenguada
y de Michell (el buenón)
Yo me jarté, no lo niego,
del calvito de Santiago,
de las ministras prepago,
de Mariotti y de su ego.
También del penco borrego
que tenían de candidato,
de Ditrén, Félix el gato
y del ñoquito de Moca,
que en Migración hizo coca
del modo más insensato.
Yo me cansé de Navarro,
del señor Maxis Montilla,
del negro hijuela…
y el periodista chaparro.
Me cansé de que mi carro
se me quede en cada esquina,
mientras Yomaira Medina,
fronteando en una jeepeta,
diciendo que es la toleta
y todo el pueblo en las ruinas.
Juan de los Palotes
26 octubre 2021